Los docentes suspenden la gestión de la Consejería
El 66% del profesorado cree que la Consejería lo ha hecho mal o muy mal en la gestión de la pandemia: el mayor porcentaje de valoraciones negativas, el 20% de los docentes, califica con un 1 y el 17% con un 2 la gestión de la Consejería en este inicio de curso. En el extremo contrario, tan sólo 0,76% de los docentes otorga un 10 a la gestión de la Consejería. De quienes aprueban la gestión, valoran a la administración con un aprobado raspado el 12% y con un bien el 11%.
El profesorado aplaude con rotundidad la labor realizada por los Equipos Directivos y docentes involucrados en poner en marcha el curso escolar, y los identifica como los verdaderos gestores de la Educación en Asturias, a quienes otorga un 99% de aprobación, ya que han trabajado con tesón y sin desaliento para tener todo a punto, a pesar de las contradictorias y cambiantes instrucciones de la Consejería.
La desconfianza en la Consejería es patente: un 84% del profesorado no usa las mascarillas facilitadas por la administración, al considerarlas inseguras, un “trapo de mercadillo que no aguanta 3 lavados, se deteriora a ojos vista y se rompen las gomas”, como relatan algunas de las descripciones recogidas.
De resultas, al profesorado no le ha quedado más remedio que echar mano a su cartera para adquirir mascarillas de calidad, a fin de preservar su salud y la de su entorno. La preocupación en el colectivo es severa: todos los informes alertan de la propagación por aerosoles, especialmente en espacios cerrados, con escasa ventilación, en los que conviven multitud de personas de distinta procedencia: una descripción perfecta de las aulas de los centros educativos, en los que tampoco se cumple la reciente regla que impide concentraciones de un máximo de 6 personas. En las aulas de infantil, directamente no hay ni distancia ni mascarillas, exponiendo a los maestros a la fatalidad. Por si fuera poco, algunos docentes han reseñado que ni siquiera han recibido “las tres mascarillas” que la Administración ha prometido. Y tampoco se ha predicado con el ejemplo: apenas nadie en el edificio de la Consejería en la Plaza de España las usa.
Estos son algunos de los datos que refleja la encuesta realizada por ANPE entre el profesorado asturiano, que ha sido contestada por 524 docentes, de los que el 45,9% trabaja en un CP, el 38% en un IES y el 16,1% restante en otras enseñanzas (EOI, Conservatorio, CEPA, etc).
El examen a la gestión de la Consejería en materias nucleares no se queda ahí. Continuemos.
Más de la mitad de la plantilla de profesores de Asturias (el 55,9%) afirma que no ha recibido formación específica para hacer frente a la gestión de la COVID-19 y constata que se ha facilitado exclusivamente al equipo directivo y/o al coordinador de covid, a la par que, incongruentemente, se pide al profesorado que participe en la prevención y detección del virus.
Plan de Contingencia
Para tranquilidad de la comunidad educativa, el profesorado admite mayoritariamente conocer el Plan de Contingencia puesto en marcha por su centro educativo, lo que es una garantía del cumplimiento de las condiciones de seguridad.
En consonancia con lo anterior, el 95% del profesorado considera que se están cumpliendo los protocolos y medidas de prevención en su centro educativo, fruto del trabajo de los equipos directivos.
Personal docente vulnerable
Un capítulo especial merece también la consideración que la Consejería hace respecto del personal docente vulnerable: aquel que por edad y enfermedades propias es susceptible de adaptación en su puesto de trabajo y, específicamente, de optar al teletrabajo.
Cerca del 20% de los docentes encuestados, son grupo de riesgo frente a COVID-19. Muchos de ellos (28,62%), no han recibido aún informe preliminar de evaluación de su puesto de trabajo por parte de Salud Laboral; otro 23,66% ha recibido informe con medidas genéricas no adaptadas a su puesto y singularidad personal; el 42,71% ha decidido no enviar dicho informe de evaluación; y un 5,01% ha enviado el informe sin respuesta de Salud Laboral.
Los docentes plantean alternativas como el teletrabajo en los cursos más avanzados, ratios especialmente reducidas, desempeñar otras labores dentro del centro y material de protección especial. Pero, sobre todo, el profesorado exige que cada uno de los casos sea analizado de forma individual para que se puedan establecer medidas personalizadas, como puede ser la compra de mamparas para instalar en la mesa del profesorado y de micrófonos para proteger la voz que sufre especialmente con el uso de la mascarilla tras muchas horas hablando. La preocupación se extiende al alumnado de riesgo, que también requiere de un protocolo específico para poder recibir la docencia con seguridad, poniendo el énfasis en la limpieza y ventilación de los espacios, deficitaria las más de las veces (porque no hay personal y ni siquiera da tiempo a ello).
A día de hoy, cuando un aula es confinada por contagio, los alumnos se quedan en cuarentena en sus casas, pero al/los profesor/es del grupo se le/s indica que siga/n con su docencia, sin cuarentena ni prueba PCR. Una imprudencia, que podemos pagar cara.
Para ANPE, las instrucciones de la Consejería eluden las cuestiones laborales del profesorado, organizativas y académicas de la enseñanza en el nuevo escenario, que deben ser objeto de negociación en la Mesa Sectorial: formación del profesorado, TICs, regulación del teletrabajo, planes de refuerzo y recuperación, flexibilización del currículo, regulación de la enseñanza online en streaming, sustitución inmediata del profesorado, dotación de enfermera escolar…
