“Que nadie se quede atrás”
Éste es el “mantra” que usan a conveniencia muchos dirigentes para justificar sus decisiones y medidas, que conllevan gasto de dinero público.
No hay que profundizar mucho para que salgan a la luz todas las personas que se han quedado atrás en la nefasta gestión de la Educación Asturiana:
- Atrás han quedado alumnos y familias en el inicio de curso, que tras su improvisación y falta de previsión, van a ser “los últimos de la fila” en entrar en los colegios.
- Atrás han quedado directores generales, jefes de servicio y equipos directivos que ha “quemado” en menos de un año y algunos se han visto obligados a dimitir.
- Atrás han quedado las retribuciones del profesorado, que están a la cola de España, 400€ mensuales por debajo de las de Cantabria, por ejemplo.
- Atrás quedaron los funcionarios docentes que llevan 2 años de retraso en su acceso al 2º nivel de Desarrollo Profesional (Plan de Evaluación), discriminados con respecto al resto de funcionarios públicos del Principado.
- Atrás quedarán los profesores de secundaria que llevan desde el 12/12/2017 esperando a que se ejecute la convocatoria de Cátedras, cuyo plazo está a punto de concluir.
- Atrás queda la dotación tecnológica al profesorado, que el curso pasado tuvo que utilizar sus propios medios en la docencia telemática, mientras otras CCAA como la vecina Cantabria ofrece un portátil a cada docente.
- Atrás quedan miles de interinos a media jornada, contrataciones precarias que, al amparo del COVID, han ido incrementando su proporción hasta suponer cerca del 40% de los contratados.
- Atrás se queda, en definitiva, la Educación Asturiana que con esta pésima gestión está llevando al borde del colapso a los alumnos, familias, profesores, centros y equipos directivos y se encuentra con la oposición unánime de todos los colectivos afectados, incluidos grupos políticos y el Consejo Escolar del Principado.
Alguien tiene que hacer algo.
