Educación revisa la semipresencialidad en 14 institutos y creará “aulas espejo”
ANPE denuncia que se trata de un subterfugio, una operación maquillaje para acallar a las familias
Así lo anunciaba la Consejera de Educación en la Junta General del Principado: “14 centros educativos van a volver a las clases presenciales”.
Las medidas propuestas consisten en:
- Aulas espejo
- Aulas vacías de alumnos de FP en prácticas en empresas
- Reubicaciones de espacios
- Aprovechamiento de zonas contiguas
Se trata de una nueva improvisación de la consejería, a mitad de curso, una operación de maquillaje para acallar las voces críticas de las familias, trasladando el efecto “guardería” a secundaria y bachillerato.
Porque lo cierto, es que nada cambia:
- los alumnos ubicados en aulas espejo seguirán las clases a través de una pantalla de televisión o un ordenador, en un aula sin profesor de la asignatura.
- las aulas de FP no quedarán vacías hasta finales de marzo, principios de abril, como pronto;
- y respecto de la reubicaciones y aprovechamiento de espacios, lo único que demuestran es que la planificación estaba mal hecha, porque son decisiones que podían haberse tomado en el inicio de curso, aprovechando además los espacios ofrecidos sin éxito por los Ayuntamientos.
Se trata, pues, de un subterfugio, de un señuelo para las familias: que los alumnos estén en el centro mirando un televisor o un ordenador no difiere en nada de la semipresencialidad que había hasta ahora, excepto que los alumnos estarán en el centro educativo y no en sus casas, buscando aplacar las quejas de las familias, que no saben que, en ningún caso, la Consejera ha considerado la contratación del profesorado necesario para atender estos desdoblamientos, obviando el eje nuclear que garantiza la enseñanza presencial de calidad, aulas con un docente de la especialidad, interactuando con el alumno, aclarando dudas...
Recordemos que ya en el inicio de curso ANPE denunciaba que la consejería había “cocinado” los datos de contrataciones de nuevos docentes (https://anpeasturias.es/notices/123672), ya que, de los 565 nuevos docentes anunciados, sólo se había contratado realmente a 388, es decir, 177 menos, el equivalente a la plantilla de 8 institutos de tamaño medio.
Por otro lado, llama poderosamente la atención que, estando inacabado el informe sobre la marcha de los alumnos en enseñanza semipresencial, la Consejería ya es capaz, sin embargo, de concluir que estos alumnos no presentan déficits de resultados. Lo que no se ha explicado en el parlamento asturiano es que los docentes, siguiendo las instrucciones de la consejería, han adaptado las enseñanzas de sus materias, menguando contenidos y exigencia, para las clases semipresenciales. Por lo tanto, no se está comparando cosas iguales.
La semipresencialidad había obligado a docentes, alumnos y familias a realizar un esfuerzo adicional, con jornadas de trabajo que nunca acaban, incluidos días lectivos, fines de semana y vacaciones. Esta nueva reorganización no va a cambiar este panorama y además complicará la vida en los centros, con profesores sobrecargados por una nueva tarea, añadida a sus obligaciones lectivas directas, al tener que atender aulas que no les corresponden. El ambiente en los institutos es un polvorín.
En definitiva, se trata de un nuevo bandazo de la Consejería, una ocurrencia (que ni siquiera es original) que traspasa fronteras: que a mitad de curso se modifique el sistema de trabajo de docentes y alumnos no tiene parangón en toda España.
La Educación necesita estabilidad y Asturias no la tiene.