La comunidad educativa respira aliviada tras la marcha de Carmen Suárez. Tras de sí deja la peor gestión de Educación, marcada por la ausencia de diálogo y el rodillo que propició la salida de 3 Directores Generales y múltiples Jefaturas de Servicio, además de frecuentes encontronazos con el profesorado.
A Lydia Espina le tendemos la mano para llegar a acuerdos y le pedimos recomponer los puentes rotos y la negociación con los sindicatos representantes del profesorado.
Su principal reto es la planificación del inicio de curso, que ha sido recientemente rechazada por toda la comunidad educativa en el Consejo Escolar.
El objetivo tiene que ser asegurar el 100% de presencialidad para mantener una Educación de calidad, lo que exige inversiones que el Principado ha anunciado que va a retirar, a pesar de los fondos que ya están llegando del gobierno central y de Europa.
Para ANPE no es aceptable relajar las medidas que se demostraron eficaces en la lucha contra la pandemia, específicamente la contratación de profesorado para atender aulas con ratios reducidas, manteniendo la distancia interpersonal.