CONCENTRACIÓN 28 NOVIEMBRE: CACEROLADA CONTRA LA APLICACIÓN EXPRÉS DE LA LOMLOE
Tras la aprobación de los currículos el 31 de agosto, el día 1 entraron en vigor. Ese fue el plazo que la Consejería concedió al profesorado para conocer y empezar a aplicar el nuevo modelo educativo.
Ya en septiembre, en rueda de prensa, alertaba ANPE sobre esta situación y reclamaba un “aterrizaje suave” de la LOMLOE con la puesta a disposición del profesorado de medios, recursos, guías y modelos de aplicación práctica, así como una oferta ambiciosa de formación para dar respuesta a las necesidades de los más de 12.000 profesores afectados. Hoy, consumido ya el primer trimestre, la realidad es que la formación, además de inadecuada, llega tan solo a unos 300 docentes, el 3% del total de la plantilla.
El profesorado no ha tenido tiempo material para realizar los cambios que exige la nueva ley: aspectos metodológicos innovadores, trabajo por proyectos en base a situaciones de aprendizaje, evaluación por competencias, nuevos criterios de calificación, agrupación de disciplinas en ámbitos,... Estamos casi en diciembre y el colectivo docente ni siquiera sabe cómo va a evaluar a sus alumnos.
A ello se suma al exceso de tareas burocráticas que, lejos de menguar, se ha incrementado exponencialmente, asfixiando la labor docente y dejando en segundo plano la atención educativa. Nos entierran en papeleo porque, en palabras de algún responsable educativo, se trata de “cubrir el expediente”, para aparentar que se está haciendo algo que ni siquiera la consejería ha sabido resolver desde antes del verano, pasando la patata caliente al profesorado, que puede ser señalado por la incompetencia de otros, que diseñan modelos desde los despachos, lejos de las aulas donde están los profesionales docentes, que son los que saben.
ANPE reclama una aplicación sosegada, reflexiva, serena de la ley. Está en juego la educación, el futuro de los alumnos. “Las prisas no son buenas”, como dice acertadamente el refranero popular.
Además, el profesorado está exhausto tras tres cursos de COVID en los que se exigió un esfuerzo titánico para garantizar la continuidad de la actividad académica y, ahora, se le exige otro esfuerzo adicional “a la trágala”, de prisa y corriendo, sin ayuda de ningún tipo, lo que ha provocado un enorme malestar y tal hartazgo en el colectivo que está convirtiendo a los centros educativos en auténticos polvorines, a punto de estallar.
Y así las cosas, es imposible avanzar.
Excepto que sigamos el ejemplo de otras Consejerías, como la de Galicia, que ha facilitado ayuda real a su profesorado, con instrucciones claras y modelos de programaciones, evitando los mensajes contradictorios y la improvisación de la que se hace gala en Asturias y que trae por la calle de la amargura a los equipos directivos y claustros de profesores.
De momento, ANPE convoca esta concentración el 28 de noviembre, comunicada ayer 16 de noviembre a la Delegación del Gobierno, para exigir a la Consejería de Educación que escuche al profesorado, reflexione, flexibilice los plazos y adopte las medidas adecuadas para afrontar de forma sensata las exigencias de la nueva ley.