Después del respaldo del profesorado a las concentraciones en los centros educativos del pasado jueves 24 de noviembre, hoy hubo una respuesta rotunda de los docentes en la cacerolada convocada a las 5 de la tarde.
Desde el anuncio de la Consejera flexibilizando plazos, nada ha cambiado, nada se ha hecho y todo sigue igual: en el mes de diciembre los docentes tiene que calificar a sus alumnos y carecen de la ayuda y las concreciones necesarias para ello. La Consejería tiene que pasar de la política de los anuncios a la política de los hechos, ofreciendo al profesorado ayuda real, con instrucciones clara y concretas con formación útil a todo el profesorado, ofreciendo guías y modelos de actuación, que reduzcan la burocracia que relega la atención al alumnado a un segundo plano.
El profesorado en bloque rechaza la aplicación apresurada y embarullada de la nueva Ley. La preocupación de los profesores son los alumnos, la de la administración educativa cubrir el expediente, cumplir plazos y justificar todo por escrito, a costa de enterrar en burocracia a los docentes.
El hartazgo y el agotamiento es patente en el colectivo docente, que no se rindió con la pandemia COVID, y ahora se ve sobrepasado y sin ayuda real por parte de nadie.
Queremos garantizar la calidad de la enseñanza y con estos bandazos es imposible.