Caos en la vacunación covid-19 de los docentes asturianos
ANPE se hace eco del profundo malestar entre el colectivo, sometido a nuevos cambios de criterio en la campaña de vacunación
ANPE, sindicato mayoritario de la enseñanza pública en Asturias traslada el malestar, hartazgo y desconcierto de los docentes que han visto de nuevo, un cambio brusco en la planificación de la campaña de vacunación. Sorprendentemente, el nuevo criterio de vacunación, según grupos etarios, deja en un limbo al personal docente que a diario entra en las aulas, espacios cerrados mal ventilados, con decenas de alumnos. De la noche a la mañana, el personal docente ya no es esencial ni la Educación actividad prioritaria.
La campaña de vacunación arrancó hace casi un mes concentrando los pinchazos dos días por semana: las tardes de los viernes y durante la jornada sabatina, exclusivamente, para asegurar la presencia en las aulas el lunes siguiente, después de sufrir los efectos adversos de la vacuna durante el fin de semana. La estrategia de la Consejería era clara: priorizar la presencialidad dejando en segundo plano la protección de la salud y seguridad de sus trabajadores, acelerando la vacunación todos los días de la semana.
Ahora el panorama ha tornado a peor. El profesorado deja de ser considerado grupo prioritario, siendo convocados por grupos de edad como el resto de la población. Actualmente se vacuna a mayores de 55 años, sin que los menores de 55 sepan siquiera cuándo les tocará. El hastío y la indignación es evidente, sobre todo en el colectivo más expuesto a los contagios: los docentes de educación infantil y de educación especial que, en el mejor de los casos, han recibido una dosis de la vacuna, siendo mayoría los no vacunados, a pesar de que estos especialistas trabajan diariamente durante horas en espacios cerrados con alumnado sin mascarilla y sin posibilidad de mantener distancia de seguridad alguna. “Nos jugamos la vida en las aulas y nadie parece tenerlo en cuenta”, nos recuerdan.
Tampoco hay que olvidarse de la necesidad de la vacunación para poder afrontar las oposiciones en las mejores condiciones de seguridad (junto con la ampliación de tribunales y la reducción de opositores/tribunal).
De nuevo, Asturias está a la cola en el trato a sus docentes, la comparativa con otras CCAA es demoledora: los 33.000 docentes de Galicia están todos vacunados desde hace casi un mes; Cataluña, (125.000) todos vacunados con primera dosis y un 30% ya con la segunda; Baleares (15.000), el 90% tiene ya la primera dosis; Cantabria (8.000), casi completada la primera dosis (85%); La Rioja (7.000), todos vacunados; Madrid (100.000), todos vacunados; Andalucía (125.000), todos vacunados con la primera dosis…En todos los casos, a falta de algunas incidencias particulares.
La administración tiene que actuar sin demora, valorando la prioridad por el riesgo de la exposición al contagio, ofreciendo información pública y directa que clarifique la situación de este colectivo profesional. La plantilla docente de Asturias (con más de 13.000 profesores) se siente abandonada a su suerte, con sucesivos cambios de estrategia no suficientemente explicados, y divulgados sólo a través de la prensa: ni siquiera la Consejería de Educación ha dictado una circular explicativa, al carecer de información de primera mano. “¿Dónde está la Consejera?”, nos pregunta el profesorado.
Ninguna de las medidas de prevención y de protección reclamadas por ANPE desde el inicio de curso han sido aplicadas en los centros educativos: dotación de mascarillas FFP2 para todos los docentes y personal en contacto directo con el alumnado, medidores de CO2, ventilación mecánica, sustitución inmediata del profesorado confinado, regulación del teletrabajo docente que evite la sobrecarga lectiva facilitando el equipamiento informático necesario, y la dotación de la figura del enfermero/a escolar.
La única manera de garantizar la presencialidad en esta recta final de curso y en el ya cercano nuevo curso, es la vacunación de profesores y alumnos. Por ello, ANPE reclama que se retome la vacunación inmediata de todo el personal docente por tratarse de una actividad esencial y por el evidente riesgo que supone el contacto continuado y directo de centenares de personas en espacios cerrados.
