La Consejería elude la negociación sobre los nuevos currículos en la Mesa Sectorial de Educación
Al contrario que en otras CCAA, Educación ha optado por esquivar la información y la negociación en la Mesa Sectorial de Educación a los sindicatos docentes y al profesorado, que se han enterado del nuevo currículo de Bachillerato y la ESO a través de la prensa, como antes en Infantil y Primaria.
El esfuerzo de adaptación al nuevo currículo obligará al profesorado a un trabajo extra, para poder empezar el curso conforme a la nueva norma. Llegado este momento se pedirá comprensión por las urgencias y compromiso y responsabilidad al profesorado para sacar adelante la enésima reforma educativa, a pesar de haberse gestado a sus espaldas.
A la espera de los documentos oficiales, se sigue con la deriva estatal de adelgazar los currículos y sus contenidos, fiando todo el conocimiento a proyectos y competencias, eliminando las notas numéricas para igualar bajo epígrafes cualitativos genéricos (insuficiente, bien, notable...); se podrá pasar de curso de forma automática con un máximo de dos suspensos, o incluso más “cuando se considere que las materias no superadas no les impedirán seguir con éxito sus estudios”, vaticinio que le corresponderá realizar a los profesores ahora ninguneados; se eliminan las pruebas de recuperación de septiembre, restando a los alumnos una oportunidad para superar sus carencias; en Bachillerato se podrá titular con 1 asignatura suspensa.
La duda es: ¿cómo un alumno va a ser competente en una materia si no tiene los conceptos, los conocimientos? Se ataca la cultura del esfuerzo y del mérito, diluyendo al individuo en el grupo, y se facilita el aprobado, la promoción y la titulación semiautomática, que perjudicará más a las clases sociales más desfavorecidas, que perderán su único medio de escalar socialmente, a través de la formación, porque no podrán compensar sus déficits de aprendizaje fuera del aula.